Donald Draper James McNulty Marnie Michaels Chandler
Bing
golpe recibido con
sonido sordo sordo un
colapso mínimo; microscópico imprevisto capaz de desestabilizar las juntas invisibles
que dan valor y legitiman la comprensión objetiva de nuestra vida y permiten la
confluencia saludable entre el diagnóstico clínico y las propias sensaciones, d e t o n a n d o, la aparición de lo Insoportable que despliega
un campo de batalla sin enemigos, sin
posibilidad de
sin aliados,
paz 0 lúcidas estrategias marcando finales pues sólo
soy una refugiada e,
irónicamente, ya estoy por ello en un refugio o ciudad en los
que sus espacios privados
no permiten el paso
expulsan a lugares
comunes que impiden la soledad
la solitud implica un
poder sobre el espacio
son
incapaces de entender que su ayuda pasa por la mera construcción o redimensión
del espacio cuando ya no queda nadie que lo habite; sin poder aceptar la
desposesión de este refugio que muestra la estructura de la ciudad como
desaparición, la ciudad como ausencia de ella misma, mecanismo de disipación si
se requiere, dando sentido al concepto “no tener ningún lugar a donde ir”, el
cual señala la misma impotencia de un movimiento centrífugo desorientado, sin
el aliento suficiente tras el acontecimiento atroz como para mentir acerca de
búsquedas de uno mismo, fugas, abandonos;
quedando en entredicho el desplazamiento físico, poniendo en evidencia
su maestría
su incompetencia
la capacidad del arquitecto para diseñar el
fin imposible de la ciudad, un refugio que exige el barrido de la droga, la
discreción del camello, la embriaguez de aquello que quiere aspirar tiempo sin
tener nada que ver con el placer, pues
en el
refugio no hay ni espacio ni tiempo, ciudad “pura”, rey desnudo, estado de
excepción sangrado en pielSandra Martínez, Zaragoza, Abril 2013
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