Parece que fue hace mil años,
pero estos días se cumple el primer aniversario de la primera Global Sevice Jam
(link: http://www.globalservicejam.org/)
realizada en Zaragoza. Aquel curso de diseño que nos cautivo durante un fin de
semana cualquiera. Está claro que ha dejado huella, más o menos profunda, en
todos los participantes y en especial en los novatos estudiantes de diseño
industrial que fuimos a ver de qué iba
el asunto. Y este escrito no puede venir más a cuento, porque finalmente, y
tras serias dudas acerca de ello, el 24 de Febrero de este año se repite la
GSJ-Zgz, en su segunda edición.
Ahora se ve todo muy bonito en la
distancia, pero que un día de resaca te despierte ‘California Waiting’ sonando
a todo volumen en tu teléfono móvil, no parece ser una llamada con buenas
noticias a esas horas del mediodía.
“…venga apuntaos. Es sobre diseño de servicios y…” ¿Diseño de servicios?
¿Qué será eso? ¿Diseño de urinarios? Pues oye, resulta que no, que no era eso.
Llegamos allí pensando en dónde
nos habíamos metido, qué era eso y si ‘funcionaría’ el fin de semana.
“… el mundo en el que estamos,
que prima la producción. Pero, ¿Por qué
no, en vez de producir y crear nuevos
productos físicos, no damos nuevos usos a los objetos que ya tenemos a nuestro
alcance?”, dijeron en la primera jornada de la GSJ (no confundir con JMJ,
jornadas de otra índole espiritualmente distinta). Está fue la primera idea que me hizo abrir
los ojos, desde el punto de vista del diseño. Y digo ‘me’ como podría decir
‘nos’. En la universidad siempre habíamos hablado de producir, producir, crear,
fabricar… pero nunca de replantear actividades, redistribuir, organizar o
simplemente crear algo nuevo que responda a la necesidad de un cliente o
usuario, sin basarnos en el objeto físico. Esto fue lo que realmente me atrajo
del proyecto.
A partir de aquí todo fueron
grupos de trabajo, creación y nuevas ideas de servicio, gente nueva, Raffaella
Carrà, más ideas y cómo no, post-its. Muchos post-its.
Como resultado, salieron ideas de
servicio muy buenas, buenas y otras menos buenas. Pero el saber que estas se
presentaran a nivel global, (el evento se celebra en decenas de ciudades de todo el mundo a la vez),
y el buen clima de trabajo en el que se habían forjado hicieron que la
competitividad quedara en segundo o tercer plano. Los organizadores cercanos a
nuestro trabajo e involucrados tanto o casi más que nosotros, no hicieron más
que poner las cosas fáciles y conseguir que disfrutásemos más aun si cabe del
fin de semana. No se puede decir nada malo. Bueno sí. El horario mortal del
domingo por la mañana. Pero eso queda ya en la conciencia de quien salió aquel
sábado de hace ya casi un año. Y si aún me acuerdo será porque realmente el
aquel fin de semana ‘funcionó’.
Javier Gándara, Zaragoza, enero de 2012
Desde Thinkers Co. mil gracias por tus buenas palabras, con testimonios como este hace que este tipo de esfuerzos merezcan la pena.
ResponderEliminarOs esperamos este 2012
Un abrazo
Juan Gasca
¿Así que diseñasteis urinarios? Este año me apunto fijo.
ResponderEliminar