Ese aparato pequeño que emite muchos tipos de
sonidos. ¿Para qué? Pues fundamentalmente para nada. Mucha información para no
informar de nada.
Bip bip.
Anda,
estás en el baño. Mira qué bien. Veo que has comido lentejas.
Bip bip.
Sí, me
parece bien que te guste el helado de chocolate.
Bip bip. Clonck.
Apagado.
¡No te
enteras de nada!
Eh, no.
Déjame vivir mi vida, que estoy empezando a cansarme de vivir la tuya. Si no me
entero es porque no hay nada de qué enterarme.
Es que
no contestas nunca.
¿Y qué?
Ya lo sabes. Si quieres decirme algo importante, llámame. Si sólo quieres
distraer mi atención, vas listo. Es que si vas por la calle no puedes
comunicarte con nadie. ¡Pues a lo mejor es esa mi intención!
Ay, me
pica el cuello. Debe ser el chip localizador ése que
te ponen cuando te descargas otra app de mensajería instantánea. Es que como al
mismo tiempo te quitaron una parte de la corteza cerebral, pues claro, ya no
puedes analizarlo con perspectiva.
Bip bip.
En media
hora en el lugar X.
¡No
viniste!
Eh, el
mensaje llegó instantáneamente al servidor, no le culpes a él, pobrecico mío,
que no te ha hecho nada. Es que yo no quise leerlo. Mi previsión a medio-largo
plazo incurre tiempos de más de 30 minutos. La que no soy instantánea soy yo.
Pues es
que yo no concibo recibir uno y no contestarlo.
Y yo no
concibo que nuestra relación se base en el double check. Antes me llamabas y me
decías “el viernes a las 7”. Y yo allí estaba. Ahora, como no te contesto al
nanosegundo, ya no me llamas.
Es que
me sale muy caro.
Claro, y
para que tú no tengas que llamarme a mí, yo tengo que desembolsarme lo que no
tengo.
Con lo fácil que es darle al botón y escuchar
el silencio. Dicen que de las malas noticias siempre te acabas enterando. Y es
verdad. Para las buenas no te llama nadie. Pero si alguien quiere algo, bien
que consigue comunicarse.
Vives en la era de la comunicación y no te
enteras de nada.
Es que para que sea la era de la comunicación
tienes que tener algo que comunicar.
Si no es así, deja a la gente en paz. Ah, no, que entonces eres un antisocial y
todo el mundo tiene derecho a enfadarse.
Pero ya tú ya no tienes derecho a la
intimidad.
Ring ring.
Silencio.
¿Y ahora
por qué no me contestas?
Silencio.
Ya lo decía la canción.
Whatsapp killed the voice call star.
Natalia Perez Cameo, Zaragoza, Enero 2013
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