martes, 15 de mayo de 2012

Fútbol


El fútbol es a los lunes lo que la siesta a los viernes. Patognomónico y de obligado cumplimiento. Qué triste que es la humanidad, qué poco necesita para alienarse. Una pelota y cuarenta millones de personas ya tienen tema de conversación, aunque sea mental.

No lo niegues. A ti puede que no te guste, o que te la traiga floja el partido del sábado. Pero SABES que hubo partido el sábado. Y de esos cuarenta millones de personas te toca un ínfimo porcentaje, sólo a ti, que te informa aunque no quieras, de quién ganó y quién perdió. Dicen los aficionados que eso es lo bonito, que une personas.

Como Mayoral cuando eras cría, que hacía amigos.

Lo malo del fútbol no es que te guste, porque te gusta un poquito, es que más vale que no lo digas. Porque como abras la boca, la cagarás. Así de pleno.

Lunes, 8.55 de la mañana. Todavía no has abierto los ojos (lo harás dentro de un par de horas como mínimo) y ya ha habido alguien que ha hecho un comentario. 

Joder que paliza…

Bah, ya fue para menos…

Mucho hablar, mucho hablar…

Sí, sí. El que ríe el último ríe mejor.

Las dos primeras horas de los lunes, esas que tú dedicas a fingir que te enteras de todo, son de debate. Según va llegando la gente, arrastrando los pies y pensando en lo bien que estarían en su casa, van creciendo los comentarios. Alguno viene tan desconectado que a pesar de ser del equipo ganador no sabe a cuenta de qué viene tanta felicitación.

Es lo que tienen los lunes de mayo, que además de legañosos, vienen ladinos.

Lo bueno es que mayo supone el fin de la liga, la copa, la champions y del cristo que fundó al copetín de la baraja dioslotengaensugloria. Y entonces se cambia de conversación los lunes y pasa a hablarse de la caña que se toma uno el sábado por la tarde en la terraza de la plaza de su pueblo, a la fresca lozana.  De las ganas de ir a la piscina. De lo loco que está el tiempo, vete tú a saber dónde vamos a llegar con el invierno que hemos tenido.  Pues yo me iría a las Bahamas. Pues yo con un poco de hielo en el café me conformo. Uy café, yo quiero una chorradica de Bayley’s que si no no trabajo.

Coges el café caliente, te sientas en tu silla, que arde como si estuviera ahí fuera, al otro lado del tabique al sol lagarterano y cuentas hasta 3 para ponerte en faena. Entonces se abren las puertas de las mentes que llegaron a primera hora pensando en el fútbol y no se pusieron a trabajar hasta AHORA;  todo es para AYER. Tú no viste el partido de anoche. Menos mal.

Es lo que tienen los lunes de mayo, además de legañosos y ladinos, tocapelotas.

Natalia Pérez Cameo, Zaragoza, Mayo 2012


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